Farruquito es un caballo blanco, algo desgarbado y viejo, muy viejo para un caballo a sus 25 años. Durante muchos años sirvió para que los niños, algunos con deficiencia intelectual, aprendieran a montar en la Cuadra Antares, a 4 km. de Soria, cerca de las ruinas de Numancia; pero fue vendido el pasado verano y trasladado a una finca de los Ridruejo en el pueblo de Fuentetoba (Soria). Allí le cuidaban bien, pero añoraba su antiguo hogar y, aprovechando un descuido, se escapó el martes 28 de la finca. Llegó a la N-234 y enfiló hacia Soria, al trote por el arcén, causando la incredulidad de los automovilistas que se cruzaban con el. Al llegar a la rotonda del Caballo Blanco (mira que es casualidad), tomó el desvío de Soria camino de la N-111 en dirección a Logroño. Al cabo de uno pocos kilómetros, llegó a su antiguo hogar: directamente a su cuadra. Al final habían sido casi 15 km. de escapada, casi todos ellos por carreteras nacionales, pero había llegado sano y salvo, eso si, con la herraduras desgastadas por el asfalto.
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