Como cada año por estas fechas, la Iglesia Católica lanza su campaña para que los contribuyentes marquen su casilla en la declaración de IRPF, haciendo especial hincapié en la labor social que realiza con el dinero recaudado. Pero sus propias cifras revelan el destino principal de ese dinero. La reforma de la asignación tributaria que entró en vigor en 2007 (declaraciones de la renta presentadas en 2008 y liquidación que recibió la iglesia al año siguiente, 2009) supuso un incremento del 37,2% del dinero recaudado, pasando de 153,013 millones de euros a 210 millones; pero el destino principal de ese dinero fue el sostenimiento del clero diocesano. En el año 2009, en plena crisis económica, el dinero dedicado a la sustentación del clero se incrementó un 25,6% respecto a 2008, pasando de 108,737 millones de euros a 136,578 millones.
Nota: en la memoria del año 2010 la Iglesia Católica dejo de desglosar el destino del dinero enviado a las Diócesis, quizás al darse cuenta de lo que cantaban las cifras. Pero examinando las memorias de los años anteriores, es de suponer que se sigue dedicando más del 70% del dinero a la sustentación del clero.
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