Siempre se dice que los políticos no hemeroteca, pero parece que los periódicos tampoco. Hoy tenemos un buen ejemplo de ello en la película que emite la cadena La 10 a las diez de la noche: “Las edades de Lulú” de Bigas Luna. No he podido menos que recordar el editorial que publicó el ABC (del grupo Vocento, propietario de La 10) el 26 de mayo de 1990 sobre esta película. Estas son algunas las perlas que le dedicaban:
“Ángela Molina ha decidido rechazar la versión cinematográfica de la novela porno Las edades de Lulú”
“Pero una cosa es erotismo y otra la pornografía. Esta constituye una de las lamentables perversiones del mundo industrializado”
“La pornografía tiene derecho a existir en una sociedad libre. Pero los poderes públicos están obligados a garantizar que la pornografía circule por los canales adecuados. Para eso se inventaron las clasificaciones X”
“Lo realmente grave en el caso que nos ocupa es que Las edades de Lulú cuenta con una subvención de 45 millones de pesetas del Ministerio de Cultura. Esto es lo preocupante: que desde el Ministerio, con dinero obtenido a través de los impuestos de todos los españoles, se subvencione la pornografía”
“Ahí está Italia, cuyo Senado ha promulgado recientemente leyes muy duras contra la difusión televisada de la pornografía”
PD: La emisión le resultó rentable a La 10 al conseguir un 1,2% de la audiencia, el triple de su audiencia media diaria.
No se puede ser exclavo de la palabra, ni tan rebuscado, afortunadamente la sociedad cambia, hasta la derecha mas extrema. Aunque a veces no haya quien los entienda, los mismos que se manifiestan a favor de no se que familia son los primeros que se divorcian. O los que están en contra del aborto son los que no dudaban en mandar a sus puritanas hijas a Londres cuando todavía no era legal en España, ahora con enviarlas a una clínica privadísima y discreta tienen suficiente, eso si, que no se entere el clero, ojos que no ven...
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